miércoles, 16 de septiembre de 2009

CAPÍTULO 5

Descubriendo un extraño artilugio


Charles baja por las escaleras principales del Palacio Real, hace un tiempo inmejorable, pero demasiado calor a esas horas; así que deposita la bolsa en el suelo y se quita la chaqueta. Abajo está esperando un vehículo con chofer, un Rolls Royce Silver Wraith del 55. Junto a una de las puertas de este, está la arqueóloga Calista Doumas.

-“Hola buenos días!” Saluda Charles.
-“Así que es usted Indiana Jones? Disculpe el choque de esta mañana.”
-“No no, yo soy Charles Stanforth, acompaño al Dr. Jones, soy decano de la universidad Marshall en Estados Unidos.”
-“Si, si, sé que iba a venir también a la visita. Y donde está el Sr. Jones?”
-“Se encuentra indispuesto desde esta mañana, por el desayuno.”
-“Vaya, es una lástima, es un gran arqueólogo según tengo entendido, me hubiera gustado discutir con él, pero no se preocupe, yo igualmente le enseñaré todo lo que sé, eso me ha ordenado el rey.”
-“Muchas gracias.”
-“No va muy cargado con esa bolsa?”
-“No, que va, son objetos que tengo que llevar encima y entregar tras la visita a un viejo amigo.”
-“Guárdelo en el maletero si desea.”
-“No, hace falta, es poco bulto.”


Se respira un buen ambiente entre ellos. Suben al vehículo, Charles deposita la bolsa entre sus piernas y el motor arranca para dirigirse por la calle principal, dirección a la Acrópolis.
Charles se fija en una bolsa marrón abierta, que lleva ella, dentro parece observar las piezas redondas. Ella se gira en esos momentos y este sale por la tangente.

-“Es una magnífica ciudad, pero hace mucho calor.”
-“Es que viene usted muy abrigado para una visita arqueológica, se nota que no está acostumbrado a ir a yacimientos, sobretodo en Grecia.”
Le dice ella, con una discreta sonrisa.

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El calor cada vez es más intenso en el Ágora de la Acrópolis griega. Comer pronto y visitar unas ruinas a pleno sol, no es muy buena mezcla. Las chicharras chirrían de calor y la luz fuerte, hace daño a la vista al admirar la majestuosa Torre de los Vientos, de 12 metros de altura, del siglo I a.c. aproximadamente.
Alrededor de esta, hay un par de tiendas arqueológicas, mesas, herramientas y gente trabajando con todo tipo de artilugios para la excavación e investigación.
Indiana entra en la Torre guiado por Oxley, que le pregunta…

-“Recordabas este lugar?”
-“Por supuesto, pero no había entrado. Sé que es un reloj.”
Contesta Indy.
-“Es más que eso, a parte de tratarse de un Horologion, solar y otro de agua” Señalando con el dedo un lugar central, parecido a una fuente seca “también es una brújula y una veleta, que en su día ubicaría en el tejado; donde en cada lado del edificio octogonal, hay una representación con los Dioses, de laRosa de los Vientos, así que señalaría las condiciones metereológicas, ya sabes, Bóreas al Norte, Kaikias al Noreste, Noto al Sud.” - “Céfiro al Oeste...”
-“Exacto y así cada lado.”
- “Es realmente espectacular.”
-“Pero lo bueno viene ahora, salgamos para entrar a la excavación.”


Oxley saluda a sus trabajadores que entran y salen de las tiendas para realizar sus trabajos. Son jóvenes arqueólogos que provienen de todo el planeta, para adquirir experiencia,
Uno de ellos, Klaus Kemer, un joven de 28 años de procedencia alemana, que como el resto, les saluda en la distancia. Posteriormente se queda observando sigilosamente como se alejan y posteriormente se mete en la tienda pequeña.
Oxley y Indy entran en la tienda de campaña más grande. En el interior hay unas escaleras, las cuales bajan con cuidado, ya que están excavadas en la tierra por los propios trabajadores, revestidas en madera para aguantar las paredes y conducen a una profundidad de unos 10 metros bajo la superficie, entrando forzadamente a un lateral de una pequeña sala. En esta hay otras escaleras de piedra con forma de caracol, no realizadas por ellos, que finalizan en el techo, no llevando a ningún sitio, pero en la antigüedad, seguramente que llevaría directo al interior de la torre. Oxley no repara en explicaciones del lugar…

-“Como ves, hemos dado con algo invisible desde la superficie, esas escaleras que suben, no han sido abiertas aún y así las vamos a dejar por ahora, hasta que hayamos analizado todo el lugar. Es más seguro así!.”
- “Hay una buena base de piedra hasta dar a pie de calle. Lleva algún artilugio para mover toda esa gran masa o fue sellada simplemente?”

-“Parece que el gran bloque funciona por contrapeso, como una entrada secreta desde arriba, para acceder a este lugar a través de la torre; no lo tapiaron sin más, pero aún no hemos encontrado el mecanismo que la acciona.”
-“No me gustaría estar debajo si cae.”
Dice con una sonrisa.
-“Si ha aguantado siglos, no lo hará ahora.” Siguen andando dirección a un sala mayor colindante “Este lugar parece un laboratorio, hemos encontrado numerosos utensilios, como recipientes, pinzas, probetas de cerámica y unos grabados más que interesantes.”

Esta contrasta por su belleza, pues recuerda más a una mastaba egipcia, que a una catacumba o terma griega, al no encontrar los habituales arcos, mosaicos en suelo y paredes, si no, dibujos ricos en colores y muy similares a los vistos en vasijas, jarrones y utensilios de la nobleza griega. Pegado a la sala hay un pasillo. Avanzan por él. Es ancho al ser el principal, ya que hay varios pasillos colindantes a este, un pequeño laberinto. Los dibujos muestran escenas cotidianas de los griegos, pero destacando los artilugios usados para los cultivos, construcciones, medicina, etc. nada de seres mitológicos ni mucho menos dioses, aquí se ven los inventos. Se refleja gráficamente como se construyó los grandes templos con mecanismos de poleas, aparatos extraños para el cultivo, diseños de barcos y instrumental marino y un gran etc. de escenas.

-“Son unos grabados magníficos, es un gran hallazgo.” Comenta Indy, mientras observa.
-“Creemos que era el laboratorio científico y astrológico de Andronicus Cyrrhestes, que vivió alrededor del año 100 a.C.”
- “Muestra unos artilugios sorprendentes.”


Indiana mira detenidamente alguno de ellos.

-“Fíjate en este, parece una máquina para moler trigo a vapor.” Dice Oxley.
- “Así que Leonardo DaVinci, no era el único genio en artilugios”
-“Es más que eso, estaba avanzado muy por encima de su época, aunque no hay en otros lugares indicios de este avance de la cultura griega, todo podría ser prototipos. Ven, este te sorprenderá mucho más.”


Los dos avanzan y giran por otro pasillo algo más estrecho, donde la sensación de claustrofobia es mayor. Algunas telarañas todavía cuelgan del techo, hasta que no se realicen las limpiezas de recuperación artistica del lugar. Oxley le muestra con una linterna, un grabado espectacular.

-“Fíjate Henry, esto es una operación a cuerpo abierto.”
- “Fantástico, pero esto ya lo hacían los Egipcios 1000 años antes.”
Replica Indy, pues ciertamente hay muchos hallazgos de este hecho, incluida la momificación.
-“Exacto, pero fíjate, encima de la mesa de operaciones.”

Indiana se sorprende, casi toca el grabado y mirando a Oxley, le dice:

-“Es una especie de lámpara Sciaslitica.”

De modo muy rudimentario, parece un foco de quirófano.

-“Eso parece, pero te lo va a dejar más claro esto.”

Indy aleja rápidamente la mano al acercarse una araña correteando por la pared. Avanzan un poco más por el pasillo y Oxley le va narrando los dibujos que hay en la otra pared del pasillo.

-“En estos otros grabados, se ve esa misma bombilla utilizada para otras funciones, como la iluminación en hogares.”

Oxley le muestra más de cerca un dibujo técnico donde parece dar instrucciones para la fabricación de la bombilla. Si bien el tamaño de esta, parece bastante grande, es fielmente como las actuales, con un recubrimiento de vidrio, un filamento interior y un soporte de bronce.

- “Es una bombilla claramente! Había oído alguna leyenda.” Dice Indy.
-“Como te comenté esta mañana, estoy haciendo algunos trabajos por el Norte de África y hace unos meses estuve en Egipto. Allí me enseñaron un grabado muy parecido, en Dendera.”
-“He estado en Dendera Oxley y por los textos que acompañan a esos grabados egipcios, el significado aquel símbolo es más cercano a un capullo de flor de loto en representación del cciio de la vida, que a una bombilla eléctrica, por mucho que se le parezca, aunque esto es muy diferente, realmente da una explicación de cómo fabri....”

Repentinamente corriendo, aparecen dos trabajadores por uno de los pasillos colindantes.

-“Señor, se está incendiando una de las tiendas!” Dice uno de los jóvenes, exaltado.
-“Como? Que ha ocurrido?”
-“No lo sabemos señor, pero se están quemando instrumentos y piezas.”
Explica la otra chica.
-“Reunir a todo el mundo fuera!” Ordena Oxley.

Indy y este, se miran y se dirigen rápidamente hacia fuera, con el resto de gente.

Cuando salen se encuentran con el problema frente a ellos. La tienda más pequeña, arde sin control, poniendo en peligro el resto de excavación, así que todo el mundo se apresura a traer agua, incluida la que tienen para beber. Pero el calor es muy sofocante, poniendo más traba al asunto, Grecia no reluce precisamente por abundancia de agua dulce y por un clima húmedo.
Oxley e Indy se ponen manos a la obra, cogiendo unos trapos que humedecen en uno de los cuencos para limpiar las piezas arqueológicas encontradas.
Uno de los jóvenes arqueólogos, se acerca demasiado al incendio para proteger los restos encontrados, pasándole a su brazo una de las llamas y extendiéndose rápidamente por la ropa. Todo el mundo se acerca a ayudarlo, mientras el chico arde y grita terriblemente de dolor. Indy no tarda ni dos segundos en coger una de las grandes mantas que protegen los hallazgos y se lanza contra el chico, tirándolo al suelo y revolcándose con él, para extinguir el fuego.

Mientras tanto el joven arqueólogo Kemer, aprovechando las circunstancias de despiste, entra en la gran tienda para dirigirse al subterráneo. Jones se da cuenta y se levanta para dirigirse tras él, está casi convencido de que este incendio ha sido provocado. Mientras el alarmado Oxley y los demás, atienden al pobre chico quemado y intentan apagar el resto de fuego de la tienda.

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Charles, va acompañado de la arqueóloga Calista Doumas. Andan entre las columnas del gran Partenón, tras recorrer parte del complejo arquitectónico de la Acrópolis. El calor insoportable, hace que Calista lleve un paraguas blanco para cubrirse de los rayos.
Charles en cambio, suda de calor y forma una visera en su frente con la mano derecha, mientras en la izquierda sujeta su bolsa y chaqueta, que le incomoda notablemente, para moverse libremente.
Ella pide un descanso tras unas columnas que hacen sombra, ya que el calor y el peso, la están matando.

-“Le importa que descansemos un poco?”
-“Por supuesto que no me importa, yo iba a sugerirle lo mismo.”
Contesta Charles, casi aliviado, ya que está sudando.
-“El calor siempre es presente en Grecia, no sabe usted en Agosto como es esto.”
-“Tiene que ser terrible.”
-“Como ve, el Partenón es un increíble edificio, aunque es una lástima no poder ver su estructura final. Dejó de ser un lugar de culto en 1687, cuando fue parcialmente destruido en la guerra contra los turcos y venecianos. Además en nuestro siglo, fueron expoliadas decenas de piezas durante los años de recuperación arqueológica, que han extendido piezas, por numerosos museos europeos, Londres, Paris, Viena, Roma, Palermo, Copenhague, Munich, etc… todo el mundo quería su trocito del templo”
-“Vi, hace un tiempo, la exposición del British Museum. Extraordinarios mármoles de la parte superior del edificio. Pero lamentablemente extraídos de su lugar, como nombra usted. Aunque los museos funcionan así y dan conservación a todos esos objetos que pueden ser destruidos o desgastados, por la fuerza de la naturaleza.”
-“Tiene usted razón, pero lo malo es, cuando se hace negocio con ello y deja de ser un patrimonio nacional y se convierte en un reclamo turístico.”
-“Pero esto también lo hace Atenas.”
-“Pero está en su derecho y es de su propiedad, al igual que en Londres el Big Ben o en New York la Estatua de la Libertad. El ciudadano de aquí tendría que tener el derecho de acceder a ver fácilmente su patrimonio.”
-“No puedo responder a eso, pero el dinero y la política mueve todo.”


Tras un pequeño silencio, Calista se levanta y le dice:

-“Proseguimos?”
-“Claro, déjeme que le ayude con esa bolsa.”
Cordialmente y con doble intención, así tendrá en sus manos las piezas circulares.
-No, no se preocupe por mi, bastante tiene usted con la suya.”
-“No es ninguna molestia, será un honor.”
-“Gracias.”


Se giran y ven a un grupo de personas gritando y señalando. Están observando desde lo alto de la colina, el humo y fuego del Ágora.
Se asoman al mirador y ven el movimiento de gente intentando sofocar el fuego.

-“Es terrible! Es en la Torre de los Vientos!” Exclama algo exaltada Calista.
-“Parece que se está quemando una de esas tiendas.” Reseña Charles.
-“Me parece ver alguien extendido en el suelo.”
-“Es una excavación, no?”
-“La está dirigiendo un compatriota suyo, el Profesor Oxley.”
-“Oxley?”
Bastante sorprendido por la casualidad.
-“Lo conoce?.” Pregunta.
-“Bueno, si...”
-“Bajemos a ver lo ocurrido, creo que la visita la podemos apartar para otro rato, pues solo le queda ver el Ágora, que es la zona donde está ocurriendo el incendio.”
-“De acuerdo…”

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Indy entra en la oscura cámara subterránea; al fondo escucha algunos ruidos. Avanza por los pasillos a paso muy lento. El resplandor de la linterna de Kemer delata su situación.
El supuesto estudiante ha cogido una maza y golpea fuertemente la pared del final del estrecho pasillo, donde hay los grabados de la lámpara griega. Indiana se queda un instante observando y decide actuar, pero repentinamente, la pared que golpea Kermer cae, descubriendo una cámara tras ella.
Mientras Indy le observa desde la esquina del pasillo.
El chico apunta con su linterna, donde ve una sucesión de salas. Indiscutiblemente es como los templos egipcios, dos salas hipóstilas previas y una cámara al final, donde siempre se hallaba la imagen del dios adorado.
Kermer sin pensar mucho, avanza rápidamente hacia ellas.

Se escucha un leve silbido.

Indy se acerca y entra tras él, pero no lo ve. Tras apartar unas telarañas se acerca a la primera sala. Mira de modo fugaz a ambos lados y en el lateral derecho de esta, ve a Kermer muerto, estampado contra la pared, con numerosas lanzas atravesadas, que todavía sujeta la linterna en su mano.
Indiana ahora si enciende su linterna, ya no tiene que ocultarse y puede ver mejor el desastre.
Posteriormente apunta con la luz al lado izquierdo y visiblemente observa numerosas cavidades en la pared, de unos 10cm de diámetro, sin duda espacio suficiente para que salgan esas grandes lanzas.
Indiana observa el suelo, para estudiar si habrá algún dispositivo para disparar el artilugio, seguramente creado por Andronicus Cyrrhestes para proteger los inventos de valor.
El suelo está lleno de una serie de filas largas, dirección hacia la sala siguiente, como una camisa de rallas. Cada una de ellas, contiene unos símbolos dibujados, representando cosas relacionas con el dibujo anterior. Como si se tratara de un enigma a resolver.


-AGUA > TIERRA > ARBOL > MANZANA = ¿?
-AGUA > TIERRA > ARBOL > LANZA = ¿?
-ARBOL > BARCO > MAR > PESCADO = ¿?
-ARBOL > BARCO > MAR > LANZA = ¿?
-SOL > TIERRA > PERSONA > SOL = ¿?
-SOL > TIERRA > PERSONA > LANZA = ¿?
-TIERRA > JARRON > PERSONA > AGUA = ¿?
-TIERRA > PERSONA > LANZA > JARRON = ¿?
-AGUA > PESCADO > MANZANA > JARRON = ¿?


Indy mira el suelo y luego hace un comentario sarcástico a Kermer.

-“Jeroglíficos con adivinanza. Te saltaste esa clase en la Universidad, verdad?.”

Empieza a resolver los jeroglíficos, pensando en voz alta y señalando con la mano cada fila...

-“Parece que siguen un patrón. Agua, tierra, árbol, manzana… Agua, universalmente es vida, tierra es donde se encuentra o cae esta. Esto hace crecer los árboles, dan frutos, que sería la manzana...igual a…. no se… el resultado lógico es comida o algo así, pero ni idea....”

Indiana con cara de circunstancias, se queda pensativo un momento y prosigue, hablando para si mismo.

-“Agua, tierra, árbol, hasta aquí igual. Pero no es comida… Si las lanzas se fabrican de madera, principalmente, por lo menos las que aguanta él…“mirando de reojo y refiriéndose a Kermer “…evidentemente la Lanza es Muerte…digo yo. Será eso, por que la siguiente también es Árbol, para fabricar el Barco según el dibujo, Mar y Pescado, que sería resultado nuevamente de comida, por lógica o sin ella…
El siguiente cambia por Lanza otra vez, que sería muerte… parece que todas siguen el mismo patrón”

Se queda unos instantes más observando.

"Creo que elegiré este que indica comida, parece más seguro... aunque no tengo hambre”. Con uno de sus sarcasmos, Indiana elige y se acerca a la hilera de baldosas de:

-AGUA > PESCADO > MANZANA > JARRON = Comida

Confiado pone un pie cuidadosamente en el primer símbolo y repentinamente salen disparadas unas lanzas, que roza a Indy en la pierna, provocando un pequeño corte en esta y en el pantalón y reiterando casi todas en el cuerpo de Kermer.

-“Mierda! Ha ido de un pelo.” A la vez que se mira la pierna y se retira hacia atrás.

No puede ser este, así que mira nuevamente hacia todos los lados de la sala y pasillo, como observando. Al final da con una de las líneas que es diferente a las demás.

-“Sol, Tierra, Persona, Sol? Los demás, parece seguir ese orden, comida y muerte. Pero este? Sol, Tierra, Persona, Sol… me desconcierta…

En una de las paredes, ve varios dibujos de la bombilla griega y cree tenerlo claro.

-“Sol se repite… sol es luz…, de la tierra sale comida y también los minerales que manipulan las personas para crear eso…” Mientras da un paso encima de la baldosa. “…vidrio, bronce… luz… con una bombilla.”

-SOL > TIERRA > PERSONA > SOL > Luz

No ocurre nada, parece acertar. Con el mayor cuidado del mundo, Indy atraviesa la sala, no sin dejar de mirar a su lado izquierdo y poniendo el pie firme sobre esa línea, intentando no perder el equilibrio. Tras ver que no ocurre nada, los dos últimos símbolos, los atraviesa más deprisa, llegando a una zona que no parece correr peligro.
Pero tiene otra sala delante de él y tras esa, su meta.

Indiana observa la tenue luz que viene del techo, a modo de rayos filtrados. La sala nueva da sensación de simetría, ya que todo el suelo, paredes y techo, está formado por baldosas de dos tonos, uno, de un marrón muy oscuro y otro, con una tonalidad bastante más clara, como si se tratase de un tablero de ajedrez, aunque las paredes y techo, tienen una notable diferencia, cada baldosa oscura, contiene un agujero de unos 40cm de diámetro y las del suelo, números griegos variados.
Indiana, como en la sala anterior, se queda pensativo durante unos instantes.

-“Que diablos esconde esto?!”

Indy se acerca un poco más para observar, pero nota que ha chutado algo con su pie. Apunta con la linterna y en el suelo hay un pequeño objeto que reluce. Lo recoge y observa su forma rectangular, excepto uno de los lados, que es curvo. Tiene también unos pequeños gravados con números, algo así como una cruz central, unas pequeñas figuras y unos diminutos agujeros.
Indiana se queda pensativo y lo palpa con los dedos. Le da la vuelta y por atrás observa una pequeña hendidura, donde hay depositada una especie de aguja o alfiler. La extrae y piensa en su utilidad. Le da la vuelta nuevamente al artilugio y mira uno de los agujeros centrales de la parte superior de este. Lo introduce y deduce.

-“Un reloj solar de bolsillo?”

Con esa idea, intenta pensar si tiene relación con la sala o fue depositado ahí involuntariamente, ya que en la parte superior de la ante cámara, hay varias abertura de luz muy estrecha, que viene de la superficie, como pequeños desagües o conductos de ventilación, colocados en fila y horizontal a Indy.
Detenidamente, ve que el suelo no es un juego de ajedrez, todos los números son en griego y pueden corresponder a horas solares, por que todas las cifras, van del 1 al 24, en una simbología numérica muy parecida a la romana.

I = 1
Π = 5
Δ = 10

Entre el caos de números, ve que partiendo de las dos esquinas donde está él, hay la cifra I, que es correlativa en dirección diagonal, hasta llegar al ΔII, en el otro extremo de la sala, donde se juntan las cifras, formando un triangulo.

-“Parece que aquí los números van correlativos, como las horas solares, pero cual de los dos es el bueno?.”

Indiana se mira el reloj solar nuevamente, en ambos lados, también hay cifras, pero no simétricas…

-“Tal vez si apunto con la luz que viene del exterior, me indicará la hora correcta, siempre y cuando el mecanismo de la sala, funcione con lo que hay fuera.”

Coloca el reloj, bajo el agujero que parece tener la luz más intensa, seguramente por la posición del sol a esas horas. El alfiler vierte una sombra, hacia el III de lado izquierdo, así que decide coger el camino de la izquierda.

-“Sin práctica, no hay teoría.”

Indy pisa cautelosamente el I y no ocurre nada, el II igual y continua, siguiendo los que corresponden a las horas.
Va a pisar el Π y le quedarán aún siete baldosas, pero pierde un poco el equilibrio y pisa otra con la cifra III. Se queda en silecio un instante lamentado su error, pero ve que la baldosa no se hunde, aguantado todo su peso. Sonrie y decide avanzar, aunque en ese intante, escucha unos sonidos de fondo, de algo que se va acercando rápidamente, un sonido que le recuerda a las bolas de madera de enebro, que se utilizan en las boleras. Mira a su alrededor, el sonido se aproxima más.
Repentinamente, de varios de los orificios del techo, caen tres bolas de piedra casi encima de él, arrastrando hacia el fondo baldosas y dejando ver que hay un gran vacío bajo el suelo.

-“Por que siempre agujeros abismales?”

El silencio vuelve a la sala, Indy avanza preocupado, pero es tan complicado, que vuelve a pisar otra valdosa, en este caso con el número I. Así que el sonido deslizante de alguna piedra, vuelve a molestar al arqueólogo, que sabe que no tardará ni dos segundos en caer.
Ya no hay rozadura, la piedra circular está encima de él, así que esté tiene que dar una volteneta para no ser aplastado y enviado al fondo del avismo.
Pero, Indy no puede evitar pisar más cifras en su movimiento de gimnasio, entre ellas la de ΔΔIΠ, así que la sala retumba fuertemente y empieza una lluvia de esferas, que cada vez son más numerosas y van destrozando toda la superficie, manteniéndose a duras penas en pié los pasos que el intenta seguir, hasta la cifra ΔII.
Da un salto final desde el número Δ hasta la base de la otra sala, para salvarse. Desde el suelo mira hacia atrás y en pocos segundos, ve desaparecer casi totalmente la superfice, ya que la parte que se salva con las cifras correctas, a duras penas se sostiene.

Por fin ha llegado a su destino, la sala oscura, no da señal de tener algún tipo de peligro, aunque algo desconfiado el héroe se acerca al pedestal alargado, donde se encuentra una caja de madera.
Esta tiene unos grabados de un sol, por las cuatro caras y deteriorada por el paso del tiempo, incluso con mo. Así que la abre con cuidado y en el interior observa la gran Bombilla que se conserva intacta. Indiana sonríe y mueve la caja, que tiene un tamaño de unos 45 centímetros de largo, por unos 30 de alto.
Repentinamente sale un pequeño cuadrado en la base del pedestal, no más grande que un dedo pulgar.
En esos momentos Indy escucha un ruido muy de fondo, como si viniera de fuera de las salas, en los pasillos o más allá, como si se arrastrara rozando algo de gran peso.
No es momento de contemplar la bombilla, pone la caja rodeándola con su brazo y se acerca al precipicio para pasar por el dañado camino de vuelta.
Un paso suave sobre el ΔII, otro paso sobre el ΔI, el Δ y parece que todo va bien, el IΔ, ΠIII y ΠII. Aunque nota bajo sus pies, el balanceo y crujido de esa base que apenas va aguatar mucho tiempo más. III, II y inclinándose la baldosa I, Indy llega al descansillo, pocos segundos después, el camino se desmorona.
Indiana sabe el camino de la sala de las lanzas y con algo de prisa, pasa por la línea correcta para no ser acribillado como Kermer ha sentido en sus carnes.

Sale de las salas malditas y se adentra en los pasillos, busca el camino de salida y llega a la sala de las escaleras. Observa que entra luz por la escalera antigua, se ha abierto la gran piedra hasta la Torre de los Vientos, tal vez con el dispositivo del pedestal, pero decide salir por la fabricada por Oxley y sus trabajadores.

Sube escaleras arriba y casi llegando al último escalón, oye unos gritos. Se agacha y observa a unos soldados con la insignia del revolucionario coronel Georgios Papadopoulos, que en presencia, da ordenes a sus soldados.

Ël lleva con orgullo su uniforme de coronel, con su gorra militar ajustada, que oculta parcialmente su rudo rostro.

Graduado como subteniente en la Academia Militar en 1940, Georgios ese mismo año luchó contra el invasor italiano en Albania y durante la invasión alemana de 1941 siguió a la familia real a Egipto. Allí prosiguió sus estudios en la Escuela de Formación de Oficiales de Oriente Medio y se incorporó a los batallones griegos que combatían junto a los británicos en los frentes de la región, incluida la guerra de guerrillas en la Grecia ocupada. Sin valedores en las altas esferas y con sólo su impecable hoja de servicios, Papadopoulos realizó una oscura y lenta carrera militar, hasta alcanzar el grado de coronel en 1956. Anticomunista y patriota convencido, e imbuido de propósitos regeneracionistas de marcado corte reaccionario, Papadopoulos fue progresivamente personalizando el denominado "régimen de los coroneles", de naturaleza estrictamente militar y dictatorial, que lleva planeando hace tiempo un golpe de estado, para imponer su régimen y no va a permitir que nadie se ponga delante de su camino. Así que avanza unos pasos para colocarse delante de los soldados que tienen rodeados y retenidos a todos los trabajadores de la excavación, a Oxley y Charles, que permanece junto una mujer, Calista Doumas.

Indiana observa que puede hacer, pero parece difícil una acción frente a tanto soldado.

Decide descender nuevamente para adentrarse en la sala y subir por las otras escaleras, hasta el interior de la Torre. Pero casi bajando el último escalón, observa que 3 soldados están bajando por las otras y se dirigen hacia el interior de los pasillos. Los deja pasar y sigilosamente, se acerca para ascencer por la escalera, pero uno de los soldados se gira y lo vé.
Jones le sonríe y sube corriendo. Los soldados van tras él y justo antes de salir a la superficie, ve una palanca. La acciona y la piedra gigante, se desliza lateralmente, aplastando a los soldados y sellando la cámara.

Se alivia, se gira y no tarda ni dos minutos en ser detenido por otros soldados.

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En el exterior de las tiendas y torre, Indy está rodeado de dos soldados y el coronel Georgios se le acerca lentamente, mientras se saca la gorra para secarse el sudor, donde deja ver su calvicie.

-“Sr. Jones, le estábamos esperando, estamos todos reunidos para que nos muestre el hallazgo de Kermer.” Expresa el coronel sarcásticamente y feliz por cazar a Indy.
-“El pobre chico, ha querido formar parte del complejo subterráneo.” Le contesta Indy con el mismo tono sarcástico.
-“Por eso he venido yo, el trabajo bien hecho, lo tiene que hacer uno mismo.”
-“No le visto allí dentro.”
-“Déme el objeto Sr. Jones.”
-“Parece que siempre tengo que conseguir las cosas para los demás. Que me da a cambio?”
-“Su vida y la de sus amigos.”
-“Ya sabia que me respondería esto, todos son iguales, no se me da bien negociar.”

Indiana entrega la bombilla sin resistencia y le juntan con los demás retenidos. Esta la depositan en un petate, típica mochila del ejército, que posteriormente coge el coronel en su hombro.

-“Es usted un buen amigo de sus amigos, Dr. Jones.” Riéndose generosamente a la vez que dispara a uno de los jovenes chicos arqueólogos.

Los compañeros del chico se agachan para atenderlo, pero el chico ya ha fallecido.
Indy hace un gesto de acercarse con genio al coronel, pero los rifles de los soldados le apuntan directo, no pudiendo hacer nada.
Georgios se aleja y con un gesto de “cortar cuello” indica que maten al resto.
Se acercan algunos soldados más y ajustan las metralletas.
En esos momentos, unos tiros surgen tras arbustos, árboles, columnas y demás objetos griegos del Ágora, dando directamente en los cuerpos de algunos soldados. Es el ejército real, que ha llegado para liberarlos.
Rápida es la reacción de los soldados del coronel, que disparan a todos esos puntos, rebotando balas en los valiosos monumentos históricos, encontrándose envueltos los protagonistas, en una batalla campal.
Indy aprovecha uno de esos instantes de despiste y golpea a uno de los soldados con el codo en la cara, tumbándolo.
Mientras tanto, la gente sale corriendo.

-“Charles, Oxley, dirigiros a las calles y esconderos!” Grita Indy.
-“Indy hay que recuperar la bombilla, tengo las piezas redondas!”

Junto a el está Calista, que se sorprende.

-“Qué?”
-“Luego se lo explico, pero está relacionado con la Atlántida!”
-“Venga, no os quedéis mirando, damelas!”

Charles entrega las piezas a Indy, este se las guarda en su bolsa marrón con cuerda de piel y hecha a correr tras Georigios, mientras recibe disparos a su alrededor.

-“Seguidme, conozco un camino seguro!” Exclama Calista.

Tanto Charles como Oxley y alguno de los jóvenes arqueólogos, que se pega a ellos, siguen a la arqueologa, que corre para huir de la metralla.

Oxley ve a uno de los soldados de Georgios, acercarse tras ellos, a punta de rifle. Oxley se para y cogiendo una piedra de las ruinas, se la lanza, con toda la suerte de golpearlo en la cara.
Unos metros más adelante, hay más soldados, pero del ejército real, que les cubren, mientras ellos siguen corriendo. Los disparos entre soldados, resuena desde las calles colindantes.
Estos llegan a la falda de la montaña y tras unas pequeñas ruinas de un templo, Calista abre un pasadizo que dirige hacia las entrañas de la Acrópolis.

-“Que es esto?” Dice Charles.
-“Este pasadizo, nos llevará hasta el otro lado de la Acrópolis, llegando casi hasta el puerto. Es un antiguo acueducto griego, que ahora se utiliza como refugio antiaéreo.”

Anda un poco más y Calista enciende un interruptor de unas tenues luces, que marcan el largo camino bajo tierra.

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Indy no tarda en alcanzar el cuerpo de Georgios, que esta a punto de subir en su Jeep, le tira al suelo, le golpea con todas las fuerzas del mundo hasta hacer sangrar por la nariz al coronel. Le quita el petate que contiene la bombilla y no se entretiene en rematarlo ya que tiene lo que quería y debe huir del jaleo entre soldados.
Georgios se pone en pie, se toca la nariz, saca su arma y dispara a bocajarro, mientras sube al Jeep para perseguirlo.
Indiana corre por las últimas ruinas, hasta llegar a las calles de la ciudad, allí para sorpresa de él está el joven Nikos hablando con unos amigos de los disparos que se producen en el Ágora. Nikos está subido en una motocicleta con sidecar, TS98 de 1952, muy deteriorada, desde donde ve a Indy que le mira fijamente y corre hacia a él.

-“Señor! Corra, yo aquí, le llevo.” Grita el chico.

Indy no se lo piensa dos veces y se sube de un salto en el sidecar, se pone la bolsa entre las piernas, mientras Nikos intenta arrancar la moto, pero a esta le cuesta, así que los amigos la empujan para facilitar el contacto.
La moto hace un intento pero nada. Repentinamente aparece el Jeep de Georgios, que se acerca rápidamente por la calle.
En el segundo intento con los amigos empujando, parece que arranca el motor y salen corriendo.

-“Acelera!” Le dice Indy.
-“Si señor, ya verá usted como corre.”
-“Eso espero.”
-“Ya le dije que mejor vehículo para usted.”
-“Si salimos de esta, te recompensaré.”
-“No se preocupe, yo el mejor para dirigirle por la ciudad.”


Indy mira al frente y atrás, mientras el valiente chico corre a gran velocidad por las calles. Tras ellos, Georgios les va alcanzando y otro Jeep con soldados, también les sigue los pasos.

-“Este trasto no puede ir más deprisa?”
-“Si señor, pero sobra peso.”
El chico le mira con una sonrisa.

El Jeep les alcanza rápidamente, se pega a ellos y les empuja para intentar desequilibrarlos. Nikos hace una maniobra rápida y peligrosa para sacarse de la cola a Georgios, pasando por una pequeña parada de hortalizas y gallinas, que la desmontan de inmediato. Una de las gallinas, cae en la falda de Indy, la mira y la lanza fuera del vehículo.
El mercado está repleto de gente a esas horas, donde al paso de estos, la gente les incrimina, como las alarmadas mujeres de edad más avanzada, que van vestidas de negro sujetando viejas bolsas de ganchillo, que están repletas de comida, como también lo hacen las más jóvenes con vestidos claros que compran productos de belleza y telas de colores variados para hacerse las prendas ellas mismas y los hombres que cargan y descargan materiales nuevos de sus carros.
Georgios maniobra para no atropellas a nadie y dar con ellos nuevamente, pero Nikos se desvía hacia unas calles estrechas, pero no lo suficiente como para que no pase un Jeep.
La gente se aparta, Nikos e Indy votan con la empedrada calzada, mientras la calle con gran desnivel de bajada, se dirige directamente al barrio de Pirea donde esta el puerto ateniense.
Nikos nuevamnete maniobra bruscamente, se desvía a otra calle y el Jeep hace lo mismo.
Vuelve a girar por otra con pendiente, que también lleva directa al puerto; esta otra calle está llena de ropas colgadas en los balcones, tantas, que llegan casi a ras de calle, así que la moto pasa bien, pero el jeep se lleva algunas prendas por delante, al ser un vehiculo más alto y tener la larga antena de comunicaciones en la parte izquierda del capot. Las ropas le están interrumpiendo la visión con el movimiento del aire, a modo de banderas incontrolables.
La calle se expande. Indy y Nikos esquivan un almacenaje de cajas, pero el Jeep de Georgios a falta de visión, se estrella estrepitosamente, volcando el vehículo 90º.
En pocos segundos llega el otro Jeep con soldados, que bajan rápidamente para ayudar a su coronel, pero este no acepta, apartando manos y levantándose poco a poco, por su propio pie.
Indy y el niño se miran sonriendo, pero no fijándose que se han montado en el amarre de madera del puerto, que lleva directo hacia el agua. Varias personas que están a punto de subir en un ferry, se apartan y algunos caen al agua, al igual que ellos al despejarse y finalizar las maderas.
Moto, Nikos y Indy caen sin control al mar.

Nikos e Indy salen a la superficie, pero permanecen bajo las maderas del puerto para no ser vistos.

Georgios y los soldados llegan con el jeep hasta los amarres. Bajan y buscan por los alrededores del puerto. Todo rincón a punta de rifle: cajas, sacos, redes, etc… son revisados minuciosamente.
La gente los mira mal y abuchean, interrumpiéndoles continuamente la búsqueda, pero los soldados no dudan en empujarlos, aunque no dispararlos, ya que no es momento de conseguir una revuelta popular y un genocidio.

En silencio bajo las maderas, Nikos e Indy esperan un poco más, mientras escuchan al coronel da órdenes a su pelotón.

Indy se asoma sutilmente y ve que se alejan. Así que decide despedirse de Nikos, no sin antes entregarle una pequeña cartera de cremallera, con monedas y billetes, en valor a la perdida de la moto y el viaje realizado.
El chico le sonrie y le abraza.
Nikos sube con cautela por unas redes y se esconde en una caja, para no ser cazado por Georgios.
Indy se acerca nadando por la parte posterior del oxidado ferry, que eleva poco a poco el ancla para partir. Así que se sujeta a las cadenas y tras unos instantes ve como se desplaza el barco, mientras el ancla le va subiendo automáticamente.
Sube mojado a cubierta de madera, sorprendiendo a algunas personas. Les hace señal de silencio con el dedo en la boca y ellos sonríen, con la característica sonrisa de un humilde griego.
Indy se agacha, esperando que el ferry se aleje.

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Calista dirige al grupo por el túnel. Oxley observa una pared con grabados, mientas Charles tropieza ligeramente con una ruina incrustada entre el suelo y la pared, al ver una par de ratas corretear entre sus pies.
Calista les hace avanzar, no pueden perder el tiempo con ruinas, sustos y cansancio.
El final del pasillo está más cerca, se ve, por un pequeño resplandor al fondo.

La salida es por otra verja que abren con gran fuerza. Aparecen todos en un almacén de pescadores, algo así como la Lonja.

-“A salvo!.” Dice Calista.
-“Bendito atajo.” Reseña Oxley.
-“No creo que el ejercito de Georgios, conozca este sitio.” Mirando al cielo Calista
-“Esperemos que no y espero que Henry haya conseguido huir con la bombilla. Tendría que ir a buscarlo.” Comenta Charles.
-“Conociendo a Indy, no se como dudas buen amigo.” Le puntualiza Oxley, sabiendo la facilidad de improvisación de Indy,

Se dirigen con cautela hacia el exterior, pasando por la vacía nave, que solo alberga una barca de pescar de tamaño medio y cajas de madera vacías. Hace bastante olor a pescado y el suelo está húmedo. La puerta para salir, es un gran portalón, por donde entran los barcos y mercancía. La retiran poco a poco, pero paran de golpe. Ven que por el entorno esta Georgios con unos cuantos soldados, que siguen buscando a Indy o ellos.

-“Creo que será mejor esperar a que se vayan. Posteriormente iremos al palacio a informar.” Comenta Calista en voz baja, mientras observa los movimientos de los soldados.
-“Yo volveré a las excavaciones, a ver lo sucedido, creo que tendremos gran faena de reconstrucción, pero contar conmigo si me necesitáis.” Le dice Oxley a Charles en voz baja.
-“No te preocupes Oxley, tienes gente allí que te necesita. Ir tras Henry es una locura.”

Calista observa atentamente. Al fondo ve un ferry zarpando y en la cubierta, entre la gente, se da cuenta que está Indy, que se saca el sombrero. Así que avisa a Charles con el brazo.

-“Sr. Stanforth observe allí al fondo, el Dr. Jones ha cogido un ferry!.”

Charles mira impresionado.

-“Volveré con usted a palacio y pediré ayuda al rey. Indy seguro que se dirige a Santorini.”

Se acercan más los soldados y Oxley cierra la puerta poco a poco, para no ser vistos.
Se esconden tras la barca, mientras oyen como los soldados pasan de largo. Unos minutos más y podrán salir sin miedo.

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Indy medio agachado se acerca a una mujer y le pregunta:


-“Όταν πηγαίνει το πλοίο?” *A donde se dirige el barco

La señora le contesta: -“Μια Σαντορίνη σε επτά Θήρα” *En siete horas a Santorini.

Indy se sorprende y sonríe de la suerte que ha tenido, mientras se acomoda un poco más, para el largo trayecto.

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